Hubo que dejar al tiempo pasar,
ha sido y no ha sido trabajoso.
Al alcance hasta del más perezoso
está lo de seguir, rodar, flotar.
Distinto si la meta es alcanzar
lo puro, lo sublime, lo precioso,
lo bueno, lo deseable, lo sinuoso,
lo incierto que vinimos a buscar.
¿Nacimos a cumplir un objetivo
o nos tocó un absurdo, el accidente?
Me lo pregunto así, mientras escribo
pensando agradecer a tanta gente
que tuvo a bien dejarme algún mensaje
con sus buenos deseos para el viaje.