miércoles, 10 de junio de 2015

FRIENDS

Miro esa gran comedia americana
de seis amigos que comparten todo
y río y lloro y gozo como un chancho
aunque debo admitir que no soporto
cuando toman distancia los más dulces,
la pareja que tanto nos importa,
y quisiera empujarlos al concilio
-que les sobrevendrá seguramente
porque todo es filmado y repetido,
pero es poco consuelo en tanto riñen-
y luego me pregunto cómo es esto
de así apostar por la pareja escrita
para el feliz suceso comercial
y tener asumido como cierto
que lo recomendable y razonable
aquí en la carne, frente a la pantalla
es al fin asumir que fracasamos
tras habernos querido como a nadie.



martes, 9 de junio de 2015

Campo minado

No te distraigas. El resentimiento
no pierde tiempo. Gobierna países
como el tuyo, y obtura de sus grises
la paleta azul del discernimiento.

Melena dura desguazando el viento,
perfumando de azufres sus deslices,
calles y cuartos cubre de tapices
brutos, polvo, metal y fingimiento.

No brotan flores rojas de tu esmero
ni tejen terciopelo tus temblores.
Vas por un campo que él sembró primero

de cardos y mentiras y rencores.
Torpe tu gesto, amarga tu sonrisa,
blando tu pie, y desnudo, si te pisa.

jueves, 4 de junio de 2015

Reporte

Calzando chinelitas de cristal
van los tobillos torcidos
por pedregales y lodos
del indolente país
donde un embuste puntudo
se torna venerable.

Sobre las cabezas se acampana
el terciopelo voraz
de un miriñaque;
como badajos penden
micrófonos gigantes
y a toda hora resuena
una voz de rodilla sangrada
y raspados pizarrones antiguos.

La vida puede ser
en blanco y negro,
ocre la crónica,
húmeda la estafa
y difusa la oración
de la desesperanza.

Las cadenas son cadenas
y las banderas, trapos.

No me digas el sol si al pronunciarlo
se enfría en el metal de una moneda.

No sé yo dónde estás,
y es una pena.

Luego podríamos reír
por todo esto
si el sedimento de fatiga
no obturara las papilas
y la razón biológica
no clausurara los plazos.



martes, 2 de junio de 2015

Dictina

Lobo desentendido de su fauce
urdiendo serenatas en el hielo,
o tempestad, o logaritmo en celo,
o Cristo ahogado en lágrimas de sauce

o río distraído de su cauce
o flores desteñidas para el pelo
o puñal amagado en el consuelo
o risa sin la gracia que la cause,

esto muerde mi dedo en el bolsillo
mientras la luna llena, desprendida,
a cada instante sueña estar más lejos

tras imantar con flecos de su brillo
rebordes de la ilusión precavida
que espera, y calla, y frunce los espejos.