domingo, 31 de mayo de 2015

Fin de mayo

El otoño derrite mis talones
en silbos de soledad exhaustiva
y pegoteados van, a la deriva
como una hormiga tonta en los renglones.

El progreso disfraza sus mojones
con seda de maíz. El agua viva
de la verdad se desencarna, esquiva
si dulce y verde, como en los melones.

Hay un rumor de autos domingueros
que acompasa la tarde inconducida
insinuando asfaltados derroteros

contra cierta pereza entretenida.
Dejo los libros y procuro el pasto.
Olvido la serpiente en el canasto.

viernes, 29 de mayo de 2015

Café Harris

Todos los cafés estaban llenos
salvo este último
de señorío antiguo
donde se me abre un hueco entre cristales
y tras la grata sorpresa
de medialunas tibias
y una lectura herida por el griterío
me sorprende un ventanal que no es espejo.
Parezco flotar
en niebla de maderas.
Levitan la soda, el café, la taza, platitos y cuadernos.
También mis manos, como las de un mimo.
Descubro claramente
lo que siente un fantasma
al enfocar mis ojos inhallables aunque supuestos
y capto en lo preciso
cuanto podría sentir.
Me convenzo por lo tanto
de su existencia
y apoyo mi sien derecha
en los nudillos correspondientes
con cierta languidez
de Siglo XIX.
 
Se hace tarde.
 
 
 
 

jueves, 28 de mayo de 2015

Celebración

Honda densidad fantasmal
para esta soledad remota.
Platos limpios, asientos vacíos.
Ni azúcar ni candela.
Sí la tibieza gris,
dádiva de otro reino,
que mira, rasca o lame
en sencilla constancia de su fe.

sábado, 16 de mayo de 2015

Animalada

Hoy tengo un espanto como de pantera
que salta al vacío sin saber por qué.
Negra y atemorizante para los otros;
delicada en el absurdo
de arañar el aire
cuando su cuerpo al fin le pesa mucho,
escoriado el barniz de la elegancia.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Álgebra. Aritmética. Geometría.

La angustia es proporcional
al tiempo empleado
en forjar esa ilusión
que se frustrará.

Hagan números.

Razón y sentimiento
pueden no compensar
la cifra imponderada
de los resentimientos.

Y, a fin de cuentas,
¿qué es un beso?
Sólo eso.

Nada tan devastador
como el ideal palpable
palpado
y esfumado.

Uno más uno... cero (1+1=0)

Las paralelas se juntan
en el infinito
pero ése es otro asunto
del que poco entiendo
y menos pregunto.

martes, 12 de mayo de 2015

Reincidencia

Una tarde de azucenas.
Luego el estero de estiércol
y la desesperada intermitencia
de la Fe.

Sepa yo por qué los aires
se decoloran silbando
y por qué alienta la felicidad
un suspiro.

Todavía soy capaz
de olvidar algunas cosas.
Un triunfo total de la memoria
dará el fin.

Cuando el pecho despeje
reabrirá luciendo ramo
de viejas, insobornables canciones.
Y su lágrima.