lunes, 5 de septiembre de 2011

EL SUEÑO

Una candela negra se encendía
Y se volvió a decir lo conversado
Y también algo más, algo cambiado.
Lo que no se pensaba ni decía.

Ah, el sueño, ¡el sueño! Frutilla del día.
Infierno repetido y condensado.
Artista insurrecto y desaforado
Que entreteje el temor y la osadía.

Un paraíso gris, encierro agreste.
Una ilusión, un beso, una tortura,
Una verdad fugaz, regusto a culpa

Te chorrea al morder, está en su pulpa.
Nada obedece al fin. Nada es celeste.
Todo está por pagar. Sueño es usura.

MI REINO POR UNO


Me falta un caballo, recién lo noto.
Me falta galopar hacia la costa
Y luego, sobre el mar, hacia la angosta
Gruta donde por fin seré devoto.

Tatuaría caricia y flor de loto
Sobre el cuello animal. De posta en posta
Tomando pastos, regalando bosta
El puro cabalgar no es alboroto.

Y mi caballo blanco y negro y pardo
Y azul y comedido y volador
Me iría conversando sus asuntos

Sobre las amapolas, sobre el cardo
Crecido en anchos campos de vapor.
Sobre el abismo y más, saltamos juntos.

TENER UN PERRO



Viví cuarenta años sin un perro.
Cuarenta y algo más, se dice pronto.
Cientos de meses idos a lo tonto
Sin el amor total, sin sol, sin perro.

Tamaña sinrazón, tamaño yerro
No te lo explican en el Helesponto.
No vean ahora cómo me lo monto
Jugando porque sí, desde el encierro

A la calle, la plaza, los espacios
Distantes que no se pueden nombrar
Porque se abren en otras dimensiones.

Con un perro, las chozas son palacios.
Se multiplica por dos corazones
La fuerza de seguir, de ser y estar.

sábado, 3 de septiembre de 2011

UN SUEÑO


Soñé que era mujer. Era lesbiana.
Me acosaba una novia del pasado.
Su cuerpo al mío estaba encadenado
Por voluntad de ella, dura, insana.

Buscaba separarme en la mañana
Del abrazo en mi pectoral cruzado.
Estaba incómodo por lo excitado
Y por lo prisionero de su gana.

Tenía esa conciencia titilante
Que quiere mover cuerpo y no consigue
Más que aumentar el malestar del sueño.

Un pantano del tiempo era el empeño.
Desperté compungido y vacilante.
¿Quién es esa mujer que me persigue?

viernes, 2 de septiembre de 2011

LOS AMIGOS DE AYER


Tal vez, cierta maldad, algún desliz...
Sabía yo mi forma de jugar.
Puedo pensar: la infancia fue feliz.

Había tres o cuatro en el altar
Y en simple religión, los veneraba.
Un placer no menor era extrañar.

La dueña de mi amor lejos estaba
Y toda la ilusión era reencuentro.
Tenía que llegar. Siempre llegaba.

Si es que vivía lejos, en mi centro
Destilaba su belleza más pura.
Se anuncia fuera pero luce dentro.

En un río interior se reasegura
Desbordada de troncos y de ramas.
Tanto más tierna cuanto firme y dura.

Hubo cambio de edad como de escamas
Y un pantano a batir: Adolescencia.
Barro hirviendo en las calles y las camas.

Un profundo dolor era presencia
Constante. Por noches blancas y frías
La soledad perfeccionó su ciencia.

Estabas desatento y no veías.
Con tu aliento mejor, buscaste amigo.
¡Ah, los amigos de los viejos días!

El rival compañero, el testigo
De las tribulaciones y mentiras.
El vapuleado que siguió conmigo

Con tanta pretensión y cortas miras
Por las dudas y sueños, por el susto
Disperso como el aire que respiras.

Lo que más nos dolió, dolió con gusto
Pero siempre dolió. Llegó el momento
De ensayar un adiós con gesto adusto

Un adiós que quizá, yo me lo invento.
Lo más pesado es lo que no se dijo.
Un cuento prolongado no es un cuento:

El Fin no es adecuado y no es prolijo.

jueves, 1 de septiembre de 2011

PASO DEL TIEMPO


Se me fríen las perlas en la testa
Parece entonces que ya estoy canoso.
Azúcar y algodón que alguna fiesta
Dejó en mi alero de señor goloso.

Un poco porque sí, llegó la siesta
La hora subrepticia del reposo
Y el aire del sopor abultó esta
Barriga crespa en su flotar gozoso.

Del reír al llorar capté unas huellas
-mis doctorandas en cartografía-
el agua del recuerdo va por ellas

mientras que, seca, cierta infancia mía
se atasca en geografías musculares
y hace torpezas muy particulares.