Se me fríen las perlas en la testa
Parece entonces que ya estoy canoso.
Azúcar y algodón que alguna fiesta
Dejó en mi alero de señor goloso.
Un poco porque sí, llegó la siesta
La hora subrepticia del reposo
Y el aire del sopor abultó esta
Barriga crespa en su flotar gozoso.
Del reír al llorar capté unas huellas
-mis doctorandas en cartografía-
el agua del recuerdo va por ellas
mientras que, seca, cierta infancia mía
se atasca en geografías musculares
y hace torpezas muy particulares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí estamos.