No te distraigas. El resentimiento
no pierde tiempo. Gobierna países
como el tuyo, y obtura de sus grises
la paleta azul del discernimiento.
Melena dura desguazando el viento,
perfumando de azufres sus deslices,
calles y cuartos cubre de tapices
brutos, polvo, metal y fingimiento.
No brotan flores rojas de tu esmero
ni tejen terciopelo tus temblores.
Vas por un campo que él sembró primero
de cardos y mentiras y rencores.
Torpe tu gesto, amarga tu sonrisa,
blando tu pie, y desnudo, si te pisa.
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