Si luego
del adiós a un sentimiento
le ocurre
resurgir cuando impensado
y abrir el
cielo en un tajo dorado
para
absorber del aire su sustento;
si pasa tan
febril de soplo a viento
y se aviva
de fuego inseminado
en la
entraña del tiempo reposado
que hoy
grita su terror, como en un cuento;
si se
retuercen los bordes del alma
y se
desbocan torpes elefantes
por la ruta del pulso, que se pierde
en la raíz
de un sueño ayer en calma;
si nada
puede ser como era antes,