No termino de ordenar los libros
ni de limpiar rincones
ni de evocar aquello
tan preciado
y tan perdido.
Sueño lo mismo una y otra vez.
Felicidad es adorno
de espuma
hacia el pasado.
Aguardo de los días un aroma
que Buenos Aires suda algunas veces.
Era niño. En tren venía
solo.
Mi abuela me esperaba en el andén.
AMOROSO.
ResponderEliminarPara amorosa, usted.
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