Sólo se trata de un malentendido.
Empezamos llorando y está bien.
Hay motivos sin duda. Luego hay quien
nos ampara. Al amor hemos nacido.
Guerra damos de amor contra el olvido
rebotando el dolor de sien a sien
y con sedas y luz y flor también,
caricias, risas, juego comedido.
Por sabida, la grieta empalidece
pero no se amedrenta; raspa, crece
separando lo iluso y lo posible.
Cuando al fin ningún velo la enmascara
la pasión de soñar se vuelve avara
y el retorno al amor, inconcebible.
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