acaso y por
ejemplo, en una foto,
antes de
que el espejo se haya roto,
¡una
tersura que, por clara, quema!,
nos
enfrentamos a un sutil problema;
es
imposible el porvenir ignoto;
el presente,
de sí mismo devoto
retiene la
belleza; su dilema
es cuándo
dar entrada a otra persona,
a un tosco
comodín, a un reemplazante;
en qué
punto difuminar la zona
de lo que
es y no es. Viene adelante
una versión
gastada o pervertida
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