Dejo esta vida de aquí,
la muero.
Voy hacia la de allí, la suspendida
o abandonada,
y el solo pensamiento de retomarla
me inclina sobre un filo abisal
de agotamiento.
Revivir, renacer...
¡Qué tareas excesivas
encomendadas a los blandos!
Tucumán olvida que es invierno
y ciñe de sol y brisa su calma dominguera.
Canta Gardel para orientarme.
Atado a su voz acaso
pueda llegar razonablemente entero
a un rincón inofensivo
de Buenos Aires.
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