Agua fría de mi tarde calurosa
no me das a beber lo que no espero.
Agua clara nomás, sin desespero,
sencilla, blanda, pura, luminosa.
Agua que abre en el sol pálida rosa
y en la tierra, hormiguitas de lucero;
en el aire, la voz que yo más quiero,
iridiscente, fiel, voluminosa.
Agua vibrante de arrozal pequeño
arrebujada en sí, como el empeño
de reducir a un punto lo perfecto.
Agua delimitada en geometrías
que me atraviesan, pero no son mías,
como esta vida, el mar y cuanto es recto.
Ayer te vi , y hoy, llego a escucharte.
ResponderEliminarMe sorprendió encontrarte en el soneto
barroco -pero alado- en lo concreto,
la intensa simetría de tu arte.
Ese perro, en quien puede buscarte
quien quiera la verdad de tu sujeto.
Ese mar solo, íntimo, discreto,
vasta manera de desocultarte.
Terreno generoso, la poesía
traza senderos por donde ensayarse.
Monólogo interior , aparte, reto
de intentar reescribirse día a día.
De descubrirse vivo al desnudarse
frente aun espejo ciego y sin libreto.
Alba
Qué hermoso! Soneto con soneto se paga. Muchas gracias!
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