martes, 21 de agosto de 2018

AM

La suavidad es oscura
y un alarde de flor
imanta el beso, disuelve
 callos, adoctrina vastas
ultraoníricas planicies
del ávido y azul submundo,
como si toda ilusión 
fuera espuma reciente
y la nieve de los tiempos,
un resplandor entre sombras
sobre azúcar y sonrisa
de apretadas navidades
sentidas y persistentes,
o la fe no corroída
con que te siguen los perros.





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