Ni para vos
ni para mí
ni cuando no
ni cuando sí.
Ni allá ni aquí.
La leche se derrama,
la manzana se oxida,
la lana se entreteje
a solas,
ni un enviado nos llama
ni un alado nos cuida
ni hay mar que nos espeje
en sus olas.
Acá no estoy.
Allá no voy.
Ni recibo ni doy
y vos tampoco.
¿Cansado? Sí. Tal vez.
¿Rumiando? Sí. Otra vez.
Ni pájaro ni pez.
Ni cuerdo ni loco.
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