martes, 17 de marzo de 2015

ESTAMPALIBROS



 

Cuando un libro me conmueve, lo beso.

Es una muestra más de tontería.

Es cursi y microbioso. ¡Quién diría

llegar a peinar canas y hacer eso!

 

Mejor fuera grabar palabra en hueso

o subvertir silencio en melodía

o releer acaso, en quieta y fría

liturgia del amado hallazgo impreso

 

y no dar apariencia de romance

a la fugaz exaltación en trance

embarullando carne y pensamiento

 

aunque el romance, claro, es literario

y se enredó en la lengua, donde a diario
 
si no está el beso, está su movimiento.

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