lunes, 12 de septiembre de 2016

Artista

Ahora, cuando la gloria se esboza
profana y berreta, como de estos días,
pero cercana y posible
si no inevitable,
la condena a ser vos mismo
se antoja algo más dura.
El crochet de tus finos talentos
abriga poco,
triunfa una desnudez
altiva y sola.

Los rusos no censuran,
cubren a su David
por que no tiemble,
pero claro, la escultura
lleva paz decretada en sus entrañas
y por las tuyas muerde un sátiro pequeño
que no quiere salir
aun por el ombligo abierto
-de cerca es imperfecta
la costura-.

Los dioses griegos
yerran en la Pampa.
Buscan un monte azul
y no lo encuentran.

A fuerza de serlo todo,
uno mismo se vuelve
su caballo de Troya
-con descabalgamientos
hacia adentro-.



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