¿En qué momento de la vida
mi sapo empcional
ingirió una montaña rusa?
Sigo aspirando a juegos
más amables
como sencillas sillas voladoras
o al descubierto hoy,
en nuestro instante tibio,
quieto y mañanero
cuando, sin decir "Hola"
en el roce de tu oído
me apareció cantarte
esa canción chilena.
Antes de concluir
la penúltima estrofa,
en el mismo segundo
rompimos a llorar
y me dijiste "Gracias"
Iba en el título.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí estamos.