Como un pimpollo de mi soledad
te envié palabras de silencio y sal.
te envié palabras de silencio y sal.
Mis pensamientos fueron de perdón
y mis acciones, pálido rencor.
y mis acciones, pálido rencor.
Una memoria nos encadenaba
cuál jazminero que su azufre exhala
cuál jazminero que su azufre exhala
y los resabios de tu compañía
eran relámpagos formando fila.
eran relámpagos formando fila.
Me acurruqué en un armazón celeste
y en nebulosas de un planeta inerte.
y en nebulosas de un planeta inerte.
Como un cometa acuchillé el espacio
y me hice heridas de verano blanco.
y me hice heridas de verano blanco.
El aguacero, que higos me silbaba,
daba a mis sueños un frescor de lata;
daba a mis sueños un frescor de lata;
sueños nevados que se amedrentaban
en el tejido de las hojarascas
en el tejido de las hojarascas
como ese nombre que decir no quiero,
como la espalda de los barrenderos
como la espalda de los barrenderos
o las docenas de lunas menguantes
que no iluminan los escaparates.
que no iluminan los escaparates.
Huelo en el aire un resplandor de asfalto
o de amapolas en el camposanto
o de amapolas en el camposanto
y entre los idos, un sabor a espada
que en tu paso de junco me apuntala.
que en tu paso de junco me apuntala.
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