jueves, 1 de junio de 2017

Endecasílabos

Vértigo en soledad a cada paso.
Vi mi reflejo en todos los abismos
y amagos de belleza encapsulada.

La voz más dulce me embruja de lejos.
La piel más suave me besó los dedos.

Infantiles los versos que repaso
repiten nombre y nunca son los mismos
en una tómbola maravillada.

Desajustado encastre de mi cuerpo.
Ácida lengua de rocío intenso.

Toda la sombra decantó en un vaso.
Bebo mis dudas y mis paroxismos.
Hago mis cuentas y resulto en nada.

Un tigre se agazapa en cada hueso
para el ave insular que marca el tiempo

lanzando plumas y anudando el lazo.
Escruta su aleteo y sus modismos.
Lame su garra quieta y afilada.

Atisbos de dolor son universo.
Mucho vampiro para un solo cuello

y para larga noche desvelada.



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