Vapores que sin nube se separan,
semillas dispersadas en la arena,
máscaras apretadas a la pena,
idiomas que por siglos no se hablaran,
cápsulas de rencor que se disparan
como el agudo llanto de una nena,
el óxido que traba la cadena
de las bicis que nunca más andaran
eso es lo que quedó, y lo que somos
en cruda intimidad de la distancia
y amoroso goteo del silencio,
enciclopedia sorda en varios tomos,
flor sutil escondida en la fragancia
del banquillo en que a solas me sentencio.
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