Es probable que el momento nos encuentre a solas.
En mí se hará tu rostro, pero no lo sabrás.
Tenés poca conciencia del don de suscitarte.
Apenas si confiabas en la plenitud de tu presencia
y la magnificabas con artes de escenario.
Exagerar es un imperativo genético,
destino, vocación, marca de fábrica.
Si fueras a llorar, no estaré para verlo.
Me habré ido en aroma de hierbas extranjeras
por los poemas cursis que nunca leerás.
Tampoco en esa hora gustarás de los libros.
Todo protagonismo se resuelve en carne
y no en las cicatrices de papel y sombra.
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