La vida puede tener sentido, o no tenerlo,
la razón, importante, no resuelve esto.
El sentido, huidizo, lo roza el sentimiento
que hace luminosas o dramáticas las cosas;
también absurdas, forzadas, o locas y tontas
como rosas caídas del árbol de las sombras.
Al fin, turbia es el agua del charco del saber
y sin respuesta quedan las súplicas a Él.
Pero si algo hay sagrado...
está en ese bebé.
Es un bebé.
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