Díganle a ese perro que ya
no ladre.
Pidan a la campana que no
cante.
Luna recibe carta que no
abre.
La nieve de la risa se
deshace
al giro de una tómbola
cobarde.
Los niños ya no buscan a su
madre.
La naranja es amarga y trae
hambre.
Las plazas beben lluvia de
vinagre.
Comulgan los mendigos en el
parque.
Se bordan madrugadas con
alambre
de púas, y las flores son
de sangre.
Las bodas y velorios van
sin traje.
Se raja el corazón de parte
a parte
al filo de un puñal de
chocolate
que toma sus impulsos en el
aire
y comunica al viento un
vasallaje;
ulula encadenado a las
mitades
de guitarras abiertas en
canales
de musiquita cursi, que
ahora tañe
una manito fría, muy sin
guante.
Sí, llueve en Tucumán. Tras
el grisaje
Luna recibe carta que no
abre
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí estamos.