La voz raspada, con cierta
malicia
se aboca a preguntar por la
verdad,
por su alcance, sentido y
entidad;
por su rumbo y sonido, su
justicia.
La voz oscura nos pide
primicia
y la voz amada, en dulce frialdad
nos enrostra eco de
fatalidad.
La verdad es una mala
noticia.
Se aproximó elegante hasta
tu casa,
detuvo apenas su andadura
leve
y te dijo al pasar no sé qué
cosa
que te dolió a rabiar. Es lo
que pasa
tras el sopapo de un
tornado breve.
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