miércoles, 10 de diciembre de 2014

Paisaje andino

a Adriana Francano 



Cuando la cumbre grita envenenada

no baja agua pura a los arroyuelos.

Sucios los pastos, cascotes y hielos

contaminan la cuesta y la explanada.

 

Por el lago inquieto ves reflejada

la almohada percudida de desvelos

que caen de la montaña. Por los suelos

gime la pluma de ave marchitada

 

que quiso batir ala y no podía.

Plomo en el pico, sangre en la coleta

y el pulso acelerado sin resguardo

 

sintió que el aire de su envión perdía

como una idea líquida y violeta
 
evaporada en el perfil de un cardo.






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