viernes, 29 de septiembre de 2017

Visita

Vamos a pasarla bien.
La primavera nos encuentra
enteros y juntos
-¿contentos?-
pero no es constante.
Estas flores que aroman e iluminan
no son eternas.
Otras vendrán a su vez,
acaso al mismo sitio,
pero ya no serán para nosotros.
El pájaro soberbio que declina el cielo
no nos canta su nombre ni su destino.
No lo reconoceríamos si volviese.
No nos oye ni nos ve.
Es un regalo más
-fugaz,
como era todo-.



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