Hay una inspiración que se amontona
contra profusos tachos de basura;
hay una inmolación cerrada y dura,
mojones de rencor cercan la zona.
La voz ronca y metálica pregona
consignas vanas de memoria oscura,
pero hay reflejos en el agua pura
de águila blanca que no desentona
con la gris amistad de los caminos
y la verde bondad de los paisajes;
un espacio más ancho abre futuro
en lentos y aromados remolinos
que amasan mundos tras de los peajes;
de pronto surge un niño y salta un muro.
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