jueves, 15 de noviembre de 2018

Soneto en cuatro direcciones


Tengo a la izquierda la ilusión perdida,
ese rojo furor de gesta rusa
que, adolescente, huyó en ronda confusa.
¿Qué saben las ideas de la vida?

A mí derecha, un sol que se descuida
en frío razonar que no se usa,
fuente que, al no brotar, queda inconclusa.
Hombre que es hombre empieza en homicida.

Quedan detrás retazos de ternura
contra espinosos bosques fantasmales
que a borbotones turbios se soñaron,

y, por delante, la sorpresa pura,
rubias trompetas que no son triunfales
pero que ríen, sí, porque cantaron. 





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