Poco, poco, poco sucede.
Tenaz escape de las horas
nomás, según es apariencia.
En un latido señalado
el pliegue trampa del instante
perpetrará una muertecita
y nada más habrá notable.
Si es que alguien ha de notar eso.
miércoles, 30 de julio de 2014
Invierno
martes, 29 de julio de 2014
Condena de artista
Esas historias que valen la pena
han sido ya buenamente atrapadas,
dichas, escritas, cantadas, pintadas
con pulso agitado y mente serena.
Inútil buscar la perla en arena.
Las novedades están muy usadas,
tres milenios las llevan transitadas.
Repiten lo visible y lo que suena.
Lo queramos o no, somos el eco
de la Revelación, de cien leyendas,
de aquellos viejos dioses caprichosos
y víctimas también de un embeleco.
Ser último en llegar no da prebendas.
Los cisnes violadores son hermosos.
lunes, 28 de julio de 2014
Fin de julio
Sobria delgadez. Mirada intensa.
Melena negra. Nariz potente.
Imitando la canción ajena
con gracia solvente y con ternura.
Es absurdo repetir las fechas.
Lleva viejo nombre nuevo día.
Ahora los jóvenes son otros.
Muy lejos de aquí, habrá festejo.
Ninguna piel olía como ésa.
Me apuraba a respirarla toda.
Se me atragantaron las violetas
en la madrugada nebulosa.
Llovía y seguíamos desnudos.
Sólo conquistábamos el mundo.
Abrigos de coraje o prudencia
hubo que vestir. Y se acabó.
miércoles, 23 de julio de 2014
El atajo
sábado, 19 de julio de 2014
Hay que vivir
Hay que vivir. No es broma. Estaba escrito
Y cada paso es trazo de lectura.
Ojo que se ralenta o que se apura
deja de ver, y ya no entiende un pito.
Y sin embargo ahí va, ¡ojo maldito!,
tergiversando toda la estructura
por desajuste. No hay acupuntura
ni colirio eficaz, aunque prescrito
para esta enfermedad de la mirada
que se coyunta con la contumacia
del entramado gris, que tanto trama
por afición a círculos de nada.
Sigue el deseo atado a su falacia.
Se siente rey. El trono es esta cama.
viernes, 18 de julio de 2014
Zig-zag
al pozo de los lugares comunes
en la insistencia de gestos impunes,
voces gastadas, ideas de tercera?
¿Espera uno lo que cree que espera
o se aletarga al escuchar runrunes
de inocua vibración, como de atunes
enlatados chapoteando en la bañera?
Se pierde al paso lo que fue intuido.
Se va cascando lo que entusiasmaba.
Sin la conciencia vamos a impostura.
No me tengo que ir y me despido
porque no estaba tanto donde estaba
y zigzagueo del tedio a la locura.
jueves, 17 de julio de 2014
La negativa
diré que no,
porque no puedo,
Porque no quiero,
si no me nace,
si no me sale.
Casi sin voz,
sin pronunciarlo,
que no hace falta.
Todos lo notan.
Algo se pierde,
hay que aceptarlo.
No entro en negocio,
no obtengo rédito.
Caigo sin redes.
Sigo enredado.
Balas al aire,
rumbos hundidos,
luz subterránea
palidecida en
sordo rebote
contra la arcilla,
contra gusanos.
Intermitencia
de los deseos.
Fosforescencia
del desaliento.
En cinco sílabas.
Tan sincopada
la negativa.
Hoy salí al campo
bicicleteando
-pedal prestado-.
El cementerio
de Rafaela
me salió al paso.
Bajé y entré.
Ni un alma había.
Un angelito
bonito y cursi
captó mis ojos.
Se perfilaba
sobre la foto
de una pequeña
muerta al cumplirse
sus cinco años.
Año tras año
padres y amigos
dejaron placas
en su recuerdo
hasta que, claro,
ya no lo hicieron.
Ya no cabían
en el rectángulo
simple, modesto
del cajoncito.
¿Cómo murió?
¿Por qué tan pronto?
¿Por qué tan pronto
dijo que no?
Soplo de invierno
sobre los campos.
Óxido y moho
en los templetes.
Una escultura
pidió la foto.
Mujer cansada
cuidando un techo.
Tomé la foto.
Salí a la ruta.
Bicicleteando
llegué al poema.
Fuego encendido,
mate en pocillo.
Mucamas que hablan
de Maradona.
Se lavó el mate.