Cuando me
condecoren la impericia
no sabré
esquivar bulto al papelón.
Sin
broncoespasmo o rotocorazón
diré que
acepto, que se hizo justicia.
No echaré
cuentas de si hubo malicia
en el
jurado, o si es un montón
de
exagerado el aplauso. Razón
que llevan.
Hice honor a la franquicia.
Pero puede
ocurrir que una mañana
me levante
distinto, y acertando
se me
escapen los pasos. No es la gana
la que
entrega campeón, es coyuntura.
Se pierde
sin luchar. También luchando.
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