Esas historias que valen la pena
han sido ya buenamente atrapadas,
dichas, escritas, cantadas, pintadas
con pulso agitado y mente serena.
Inútil buscar la perla en arena.
Las novedades están muy usadas,
tres milenios las llevan transitadas.
Repiten lo visible y lo que suena.
Lo queramos o no, somos el eco
de la Revelación, de cien leyendas,
de aquellos viejos dioses caprichosos
y víctimas también de un embeleco.
Ser último en llegar no da prebendas.
Los cisnes violadores son hermosos.
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