Hay que vivir. No es broma. Estaba escrito
Y cada paso es trazo de lectura.
Ojo que se ralenta o que se apura
deja de ver, y ya no entiende un pito.
Y sin embargo ahí va, ¡ojo maldito!,
tergiversando toda la estructura
por desajuste. No hay acupuntura
ni colirio eficaz, aunque prescrito
para esta enfermedad de la mirada
que se coyunta con la contumacia
del entramado gris, que tanto trama
por afición a círculos de nada.
Sigue el deseo atado a su falacia.
Se siente rey. El trono es esta cama.
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