domingo, 4 de diciembre de 2016

De cotillón

Lo anhelado al fin
resulta insoportable
si concretado.

Sueños que eran para perseguir,
no para alcanzar.

¿Y qué es un hombre,
sino esa masa tosca,
posesiva y monocorde
que todas las artes
se afanan por cincelar
inutilmente
dado el pobre fermento
de la materia prima?

El calco real
de una fantasía
es una estafa.

Todos lo sabíamos.

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