Hombre que cree en la vida privada
y hace sagrado de la intimidad;
a quien la fama no le gusta nada;
hombre que es hombre de la soledad;
que ama al santo de música callada
y vive en guerra con su vanidad;
lame su herida mal cicatrizada,
grita en el ojo de la vacuidad
y hasta maldice si ha de ser artista.
Sabe que, al fin, eligió poca cosa
y abre su centro casi sin remedio
donde trasluce el alma, nunca lista
para la sangre fría de una rosa
que lo aromó de penas y de tedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí estamos.