lunes, 25 de agosto de 2014

Cuatro redondillas dedicadas


 al P. Emiliano Pierini

 

 

Suena el timbre. Es la ocasión
de preguntarse quién es.
Con los ojos no lo ves
y sí con el corazón.
 
Firmeza en la pequeñez
aunque se caigan las llaves.
En primavera, las aves
sabrán llegar otra vez.
 
Cuando la puerta se abra
no hay que temer algo malo
ni esperar el gran regalo.
Apenas una palabra
 
pues el regalo quedaba
en un rincón olvidado.
Sin dinero se ha comprado.
Valía más que costaba.
 
 
 
 
 

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