Las palomas
ignoran que son plaga
cuando
extienden el ala a los viejitos
para
ofrenda de miga. Simples ritos
que los
hacen volar y curan llaga.
Desfogando
la hoguera, va una maga
hacia el
cielo también. No hay para gritos
pulmón ni
voluntad. Llueven ojitos
de la
bandada, dulce deuda impaga,
y se hacen
chispa sobre manto rojo
almidonado
para el sacramento,
encendida
visión, dulce plumaje.
Por
lagrimales se desangra el flojo.
Bajo la
piedra se refugia el viento.
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