Cuando veo
aplaudir lo inadmisible
y encuentro
en trono el robo y la mentira
primero es
rabia lo que se me inspira,
luego la
pena se hace más temible.
Cierto que
el pecador se hace querible.
Todos lo
somos, aunque el nudo aspira
a elevada pureza.
No es la ira
la que
despeja un avenir plausible.
Si el tosco
engaño compra a los vecinos
y la
codicia guía a los mezquinos,
liba la
abeja y no marchita flores.
Que el
punto claro no se nos resienta.
No
confundir la sal con la pimienta
te admiro mucho
ResponderEliminarMás de lo que merezco entonces. Gracias!
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