sábado, 6 de septiembre de 2014

Mis abuelas


 

 

Siglos y siglos, campos españoles

araron mis ancestros y los suyos.

Eran duras la tierra y consonantes.

Así dura en mi sangre anda la zeta

 

que se pronuncia sola, si no es cierto

que en vena me la escancian las abuelas

como aquellos relatos de hambre y hielo

con que ambas derrotaron a Walt Disney.

 

¿Hace falta aclarar que no están muertas?

Ángeles, cristiana, seca y austera

reza por las mujeres y los pobres

 

y Gloria, la cabrona blasfemante,

sigue sumando cifras resentidas
 
hasta que suelta un aire y carcajadas.



en la foto, Corrada del Obispo, León

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