viernes, 9 de mayo de 2014

Despido la ilusión más dolorosa


Despido la ilusión más dolorosa

como si fuera un ramo de alegría

que se marchita. Tonta es la manía

que ama la pena si la encuentra hermosa.

 

Despido el llanto, la pasión celosa,

dulce labor con hilos de agonía,

y aunque mi duende malo no quería

puedo sentir que estoy en otra cosa.

 

El duende insistirá. Vendrá a buscarme.

Afinará su rostro en la ternura

y me dirá que es parte de mi casa

 

no con palabras, sólo con mirarme

como quien ya conoce mi locura
 
y sabe provocarla. A ver qué pasa.

 

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