viernes, 9 de mayo de 2014

Quedar pagando


Quedar pagando con vos es deporte.

Hoy tontamente requerí consejo

y me diste tu cara como espejo

indiferente y roto. Tengo un corte

 

por asomarme al vidrio. ¿Hay quien conforte

 la roja soledad de mi entrecejo?

Inútil, pobre, desolado y viejo

me hacés sentir. Abono así el importe

 

que le cabe a una abstrusa fantasía

desmantelada, ni siquiera mía,

mas del otoño que siguió al verano

 

como es justo, deseable y natural.

Esta derrota no me viene mal.
 
Así aprendo a no andar a contramano.


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