viernes, 23 de mayo de 2014

Hipérbole


Traigo mis cuatro talones de Aquiles

al aire en la estampida. Soy igual

que nieve derretida. Un animal

con miedo y sin instinto. Yo entre miles

 

de tigres y jirafas y mandriles

huyendo del incendio. Un arenal

profundo, movedizo y sin final

me raspa los costados. Sin candiles

 

vendrá la noche oscura tras el fuego.

Nadie sabrá palabras. Un gruñido

de dolor espantado y poco más.

 

Esto es lo que me espera y así llego.

Soterrada amapola, ciervo herido,
 
después de la hecatombe, ¿adónde vas?


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