martes, 11 de noviembre de 2014

Après-midi


 

Pasado el mediodía, hace dolor.

Parece que el teléfono suspira

sin sonar. Una lámpara que gira

rasguña por el techo su escozor.

 

El silencio no es puro, ni el sopor

que repta hacia la noche y no la mira

porque la teme. En el rincón transpira

una sombra enmarañada en vapor.

 

Las palomas arpegian la ventana

y traen gris oscuro del asfalto.

La sirena que chilla es muy lejana

 

y algún avión que pasa va muy alto,

como los filos de algún pensamiento
 
que se pretende flecha, o nube, o viento.





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