Siempre lo
quisiste malo.
Eso viene
con el hombre,
como
aprendías en casa.
Ahora ya no
te sirve
como
símbolo de pena
o razón de
mal destino.
Cuando tu
baba de rabia
y tu
cántaro frustrado
socavan en
otro cauce,
abrís un
poco la mano
y se fuga
como un globo
hacia los
prismas vacíos.
Lleva la
color cambiada
desde el
día, según cree,
en que lo
miraste fijo.
Abunda en
alternativas.
Puede ser
que se desinfle
y también
puede que explote
pero son
suposiciones.
No hay
suceso sin testigos
ni se vibra
lo remoto.
Te toca
morder aplausos.
Todo mundo
es una escena
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