viernes, 28 de noviembre de 2014

Exorcismo


 

Mentí. Mentí. Mentí de muchos modos

sólo por no mostrar las manos sueltas

de las muñecas; los pies impedidos

en su plinto de cera huracanada

o la cabeza en su melindre oscuro

de ácidos rancios que la convulsionan.

Me almidoné de un paso normalito

con el vientre horadado en una espuela

y ese frío incrustado en las orejas

 con cierta majestad que fosforesce.

Olí a Satán en todas las esquinas

sobre un miedo de carpas y merluzas

pero igual sonreí como los charcos

cuando los pisa el sol omnipotente.

 

Había que jugar a ser humano.

 

-¿Paga quien pierde.?
                                 -Según cómo mires.




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