sábado, 12 de abril de 2014

Lo que tengo entre manos


Tengo entre manos una derrota tan perfecta

que me erijo envidia de derrotados del orbe.

Un fracaso arena movediza que me absorbe

y me envía al núcleo de su raíz en línea recta.

 

Me adherí a los fangos del error como a una secta.

Comulgué con el nada entender por que no estorbe

nada mi prodigio en el caer, que nada encorve

el obelisco que a mi cielo llantos inyecta.

 

Me quise deshacer como una luna de escarcha

atragantada de verano, luna que marcha

del resplandor al temblor y de ahí a los abismos

 

sucios de la neurosis o el pánico o el tedio.

Será que yo soy yo y que no tengo remedio...
 
¡Ay, montaña solitaria derrumbada en sismos!

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí estamos.