Me
pregunto: ¿las cruces que se aprestan
para la
Pascua aquí folklorizada
son algo
más que tradición? ¿Son nada?
Algo pasó.
Hoy las calles apestan.
Mas sol y
mal olor se contrarrestan.
Hay una
brisa fresca, matizada,
y Tucumán
camina más pausada.
Entrega sus
sonrisas. No le cuestan.
Parecen de
hace un siglo las tormentas
de angustia
y de deseo y el pañuelo
que su
caudal de llanto me pegó.
Hay un
Cristo reacio a compraventas.
También
sonríe aunque le sangra el pelo
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