jueves, 10 de abril de 2014

Paisaje interior


¡Qué bonito mi jardín

con la rosa de la angustia

florecida, con su hilera

de espinas alborotadas!

 

¡Qué simpática mi fuente

con el agua lagrimosa

efervescida, con los peces

de las bocas anzueladas!

 

¡Qué prolijo mi ropero

de camisas anhelando

cementerios, de zapatos

lamentando sus pisadas!

 

¡Qué majestuosa mi cama

con espacio para todos

los vacíos, con los sueños
 
desplumando las almohadas!

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