domingo, 6 de abril de 2014

Oficio de tormentas


Arrancar sucios bocados

a franca descortesía

para hender la medianoche

ruiseñora de tristeza.

 

Mascar cielos alumbrados

de eléctrica fantasía

mientras atasca su coche

un corazón que tropieza.

 

Contar los días cantados

al borde de la alegría

para evitar un derroche

de lágrimas en la pieza.

 

Borrar los sueños soñados.

Resucitarse en un día.

Sangrar el dedo en el broche

que reinventa una corteza.

 
Soplar los pies incendiados.

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