¿Qué me
quieren contar estas heridas,
estos
percances, estos malestares?
No es
posible evitar estos lugares
de dolor.
Interrumpen nuestras vidas.
Me quejo
por tantas horas perdidas,
el cuerpo
preso en simples avatares
de
fastidio. En un punto brotan mares
contrarios.
¡Manotazo al salvavidas!
Un corte
que se infecta. Llaga en boca,
espalda que
se anuda, cuello duro,
jaqueca
intempestiva, mal resfrío
doblegan el
espíritu. La roca
del alma se
derrite en un apuro
y fuga
hacia el desagüe del hastío.