Casi todo
cuanto callado queda
y no estás
por leer, lo dejo escrito.
La novedad
es cómo me repito.
Voy a
tender la trampa mientras pueda
para flotar
así, entre barro y seda,
algo leve,
espeluznado y contrito,
porque toda
verdad nace de un mito
y el mío
mete palos en la rueda.
Me detuve y
volqué con todo el carro.
Cierto.
Cada accidente es parpadeo.
No es
conciencia la que no se distrae.
Cuando
extiendo la mano, me desgarro.
Mi mercado
se cierra al menudeo.
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